Andrew Selee

En este episodio de “Destino México. Migraciones y movilidades”, Claudia Masferrer conversa con Andrew Selee (Migration Policy Institute) sobre política migratoria desde una mirada global. Platican sobre cómo México se ha convertido en país de destino y retorno en virtud no solo de su cercanía a Estados Unidos, sino de su desarrollo.






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México como país de destino de migrantes

México se ha vuelto una región de destino para personas migrantes. Esta realidad se explica, primero y antes que nada, por el desarrollo a largo plazo del país, que lo hace cada vez más un lugar atractivo donde vivir para personas de diferentes partes del mundo. Sin embargo, en ocasiones es difícil vislumbrar esta realidad porque este nuevo papel como país-destino también implica considerar las diferentes crisis regionales que han traído como consecuencia un aumento en el número de personas que llegan y se quedan entre nuestras fronteras.

Es lógico pensar que países como México, Brasil, Colombia y Chile se vuelvan destinos atractivos para migrantes sobre todo si se considera el nivel de desarrollo alcanzado por estas naciones en diferentes aspectos, entre ellos el económico, que si bien dista mucho de ser el deseado –sobre todo en México–, es suficiente para atraer a personas extranjeras que ven oportunidades en dichas naciones.

Entre las personas migrantes, el primer grupo lo constituyen los extranjeros profesionales, que buscan oportunidades laborales en empresas multinacionales con el fin de, como pensionados, jubilarse con dignidad; o en su defecto, fungir como nómadas digitales que pueden trabajar remotamente y escoger dónde vivir. Para cierta clase media global, México es un país atractivo en este sentido, con niveles menores en cuanto al costo de vida en relación con sus países de origen y con grandes atractivos turísticos y naturales, como las ciudades coloniales y una cultura abierta y de buena acogida. Históricamente, en nuestro país siempre ha habido profesionales y pensionados que buscan residir aquí permanentemente, la diferencia es que ahora se cuenta con la suficiente infraestructura para satisfacer las necesidades de estos grupos, entre los que se hayan servicios médicos de calidad, una banca interconectada con el mundo y un sistema de vuelos para viajar a cualquier parte del planeta, que han facilitado al extranjero con ciertos medios vivir bien en el país.

El segundo grupo que ha hecho presencia en nuestro país –y por mucho el más numeroso– es el de los propios mexicanos que han vivido largos periodos en el extranjero (sobre todo en Estados Unidos). Este tipo de migrantes regresan a México la mayoría de las veces con cónyuges o hijos nacidos fuera del país. En algunos casos, los mexicanos que regresan lo hacen por necesidad al perder el empleo o ser deportados. Sin embargo, también se da que cada vez más estos mexicanos asentados en el extranjero regresan por decisión propia, y las decisiones pueden ser variadas: porque sus ahorros les permiten vivir mejor aquí y también invertir en algún negocio; porque extrañan a sus familiares y su cultura; o porque la condición económica actual del país les permite vivir bien.

En este sentido, las mejoras en infraestructura y condiciones de vida en México también son un atractivo para este sector de mexicanos que han vivido fuera pero siempre con el deseo de volver, más cuando el ambiente contra los migrantes en el vecino país se ha deteriorado tanto como para que quedarse allá ya no parezca una buena opción. Aunque hay elementos de crisis en estos retornos –sobre todo en los deportados–, también hay mucho más de elección y decisión propia de lo que se piensa comúnmente.

Finalmente, hay un número cada vez mayor de centroamericanos, haitianos, cubanos, venezolanos y demás migrantes del hemisferio asentándose en México. Muchos han sido expulsados de sus países, pero han decidido quedarse en México, sobre todo como alternativa antes de llegar a Estados Unidos. Otros ya tenían la idea de vivir en México cuando huyeron de su país. Tal es el caso de los venezolanos –quizás unos 100 000– que huyeron de su país durante la última década y decidieron, por conexiones familiares o laborales, quedarse en México.

En otros casos, incluyendo centroamericanos, haitianos y cubanos, aunque Estados Unidos es el destino anhelado, México queda como una buena opción frente a las dificultades de llegar al lugar buscado. Para algunos, vivir en México –a veces pidiendo asilo, a veces de forma indocumentada– es una medida temporal mientras las condiciones en la frontera norte cambian y pueden continuar su viaje a Estados Unidos. Sin embargo, cada vez más se van quedando de manera permanente en nuestro país, construyendo pequeñas comunidades de connacionales en la Ciudad de México, Cancún, Monterrey, Saltillo, Ciudad Juárez y Tijuana, entre otras ciudades, las cuales empiezan a atraer a nuevos migrantes.

El número de extranjeros sigue siendo bajo como porcentaje del país, pero es probable que este número aumente en los próximos años. Lo anterior plantea la pregunta de cómo los mexicanos pensarán lo que es ser mexicano y qué unirá a todos ellos –tanto los nacidos en México como los nacidos en el extranjero– en un futuro no tan lejano, así como qué hará México para estar a la altura como un buen país de acogida y con la capacidad de integrar efectivamente a los que llegan y desean hacer de México su hogar.

Lee más

Selee, Andrew, Luis Argueta y Hurtado Paz y Paz, Juan José, Migration from Huehuetenango in Guatemala’s Western Highlands: Policy and Development Responses Washington, D.C., Migration Policy Institute, 2022.

Selee, Andrew y Jessica Bolter, “Colombia’s open door policy: An innovative approach to displacement”, International Migration, núm. 60, 2021, pp. 113-131.

Selee, Andrew, et al., Laying the Foundation for Regional Cooperation: Migration Policy and Institutional Capacity in Mexico and Central America, Washington, D. C., Migration Policy Institute, 2021.

Selee, Andrew, “To solve the border crisis, look beyond the border”, Foreign Policy, 8 de noviembre, 2021.

Selee, Andrew y Jessica Bolter, An Uneven Welcome: Latin American and Caribbean Responses to Venezuelan and Nicaraguan Migration, Washington, D. C., Migration Policy Institute, 2020.

Andrew Selee

Retrato


Es presidente del Migration Policy Institute en Washington, D.C. Es profesor adjunto en la Universidad de Georgetown. Anteriormente, fue director del Mexico Institute del Wilson Center y vicepresidente ejecutivo de dicha institución. Trabajó durante varios años con jóvenes migrantes en Tijuana y en el Congreso de Estados Unidos. Es articulista de El Universal y autor de tres libros.