Claudia Masferrer conversa con Leonardo Curzio (CISAN-UNAM) sobre la caracterización de la migración en los medios de comunicación. Platican sobre la necesidad de que éstos dejen de presentar el fenómeno migratorio como algo impersonal y genérico.
Uno de los desafíos más importantes que tienen los medios de comunicación para crear narrativas positivas en lo concerniente a la migración es dejar de presentar el fenómeno migratorio como algo impersonal y genérico. Dar un rostro humano a las migraciones es fundamental para desarrollar una mirada diferente del tema y evacuar, en definitiva, la idea de que son una amenaza que se debe contener. Las migraciones no son aludes, ni huracanes, ni hordas desafiantes; son colectivos humanos que esconden tragedias personales y colectivas. Un primer deber mediático es presentarlos como tal.
Un segundo elemento es tratar de desmarcar el relato sobre la migración de las tendencias identitarias que hoy dominan la política de buena parte de las democracias. El fenómeno identitario aparece en las sociedades modernas como una expresión post-ideológica. Los ejes tradicionales de la reconstrucción política han dejado su espacio a una reforzada lógica de protección de la identidad y, por lo tanto, el nacionalismo, el neoproteccionismo, el regionalismo y el tribalismo amplían los cauces de la participación política y son las avenidas para expresarse de esas mismas sociedades generando crecientes tensiones. Detrás de la defensa de la identidad está siempre la sospecha o el estigma de la alteridad.
En muchas sociedades, los medios y el sistema político ubican el fenómeno migratorio en tres órbitas igualmente riesgosas. La primera es la económica y se expresa en aquello de: “nos vienen a quitar nuestros trabajos”, o bien: “aquí tenemos muchas necesidades, no tienen por qué venir los extranjeros a complicarnos más la vida”. La segunda órbita tiene que ver con expresiones de intolerancia cultural o religiosa que bajo el solapado argumento de las identidades rechaza a todo aquel que es diferente y se dice: “yo respeto mucho a otras culturas, pero no las quiero en convivencia conmigo”. La tercera órbita tiene que ver con la seguridad pública. Los medios tienden a ubicar el origen de los delincuentes siempre que se trata de extranjeros y se favorece una estigmatización que provoca un efecto doble, pues la autoridad hace creíble el relato de que los males vienen de fuera y que controlando a los extranjeros o migrantes el crimen se reducirá. Los extranjeros pueden participar en el fenómeno criminal, pero su origen y explicación no son atribuibles a los migrantes en ningún nivel de análisis serio. Sin embargo, es cada vez más frecuente escuchar que colombianos o centroamericanos están en la raíz de algunas problemáticas como la extorsión y la violencia en algunos puntos.
Éstos son, a mi juicio, los grandes desafíos que los medios tienen que superar o circunnavegar para crear narrativas más incluyentes sobre un fenómeno (el migratorio) que estoy seguro no cesará de crecer en los próximos años.
Fukuyama, Francis, IDENTIDAD: la demanda de dignidad y las políticas de resentimiento, Barcelona, Deusto, 2019.
Curzio, Leonardo, Orgullo y prejuicios: reputación e imagen de México, México, CISAN, 2016.
Curzio, Leonardo, “Ignorancia estratégica”. Norteamérica. Revista Académica del CISAN-UNAM, 2(1), 103-127, 2007. (Fecha de consulta: 5 de octubre de 2022)
Leonardo Curzio es licenciado y maestro en Sociología Política por la Universidad de Provenza, Francia, y doctor en Historia por la Universidad de Valencia, España. Es investigador del CISAN-UNAM, autor de diez libros y coautor de cuarenta más. Es conductor del noticiario Así amanece en ADN 40, y de “Leonardo Curzio en Fórmula”, del programa Incursionando en el Canal del Congreso. Es miembro del Consejo Consultivo y articulista del El Universal. Es comentarista del programa de Canal Once, Primer Plano.